ECOGRAFÍA OBSTÉTRICA

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sábado, 28 de febrero de 2015

SÍNDROME DE ROKITANSKY, ASPECTOS PSICOLÓGICOS Y CALIDAD DE VIDA



Con motivo del día mundial de las Enfermedades Raras, nosotros lo dedicamos a la AGENESIA MÜLLERIANA o Síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser.
Se trata de pacientes con Amenorrea primaria (sin menstruación o regla) y sin vagina evidente. Aunque la causa exacta de esta anomalía no es del todo conocida, es probable que se deba a mutaciones del gen de la hormona antimülleriana  o del gen receptor de dicha hormona.
Se estima que la incidencia de este síndrome es de aproximadamente 1 de cada 5.000 recien nacidas.
Estas mujeres presentan ausencia o bien, hipoplasia de la vagina interna y normalmente falta de útero y de las trompas de Falopio, aunque en raras ocasiones el útero puede ser normal pero carece de conducto que comunique con el exterior.
Hasta el momento actual, el tratamiento de esta anomalía consiste en dilatación progresiva para conseguir un espacio vaginal adecuado y cuando esto no es posible se recurre a la opción quirúrgica, según los casos. El objetivo es la formación y/o aumento del tamaño vaginal que permita una vida sexual normal. De hecho, la longitud vaginal ha sido frecuentemente utilizada como único parámetro para la cuantificación del éxito del tratamiento aplicado, olvidando aspectos importantes como el bienestar emocional, sexual y la calidad de vida. Porque, ha de tenerse en cuenta que muchas de estas pacientes padecen transtornos referentes a estos últimos aspectos, asociados a la pérdida de la integridad corporal y de fertilidad, y a la necesidad de someterse a la reconstrucción de una vagina artificial. Todos estos desafíos hacen mella en su identidad y autopercepción, comprometiendo su salud emocional, social y sexual.
Según uno de los últimos estudios realizados a este respecto, en el Instituto Elisabeth Garret Anderson de la Salud de la Mujer en Londres (Reino Unido) y publicado por por el American Journal de Obstetricia y Ginecología, el Síndrome de Rokitansky supone un impacto negativo en el bienestar sexual y emocional de las mujeres que lo padecen. Dicho estudio fue realizado durante un periodo de aproximadamente dos años y participaron 56 mujeres con una edad media de 21,7 años con Síndrome de Rokitansky. El objetivo principal consistió en indagar aspectos relacionados con la salud de estas mujeres en términos generales. El objetivo secundario se centró en explorar la relación existente entre la longitud vaginal y el bienestar y función psicosexual. Otros objetivos fueron la valoración de aspectos y consideraciones que se pudieran extraer de este análisis para realizar nuevos estudios a este respecto.
El diseño se realizó en base a la cumplimentación de 4 cuestionarios:
1.- Evaluación de salud en relación a la calidad de vida
2.- Screening de ansiedad y depresión
3.- Índice de función sexual femenina
4.- Cuestionario multidimensional de sexualidad
Curiosamente, estas mujeres mostraron puntuaciones superiores a la población normal en lo que se refiere a salud física. Sin embargo fueron inferiores en salud mental y aunque presentaron mayores índices de ansiedad, no se encontraron diferencias significativas con respecto a la depresión al compararlas con la población general. Los resultados  sobre bienestar de la función sexual fueron pobres, indicando puntuaciones bajas en todas las subescalas. Aquellas pacientes que habían sido intervenidas de la vagina o habían usado dilatación vaginal no mostraron mejores índices en este mismo cuestionario que las que no habían sido tratadas. Sin embargo si apareció una correlación positiva entre la longitud vaginal y la subescala de satisfación sexual en el cuestionario multidimensional aunque no con la calidad de vida.
Teniendo en cuenta que el Síndrome de Rokitansky es una condición para toda la vida, es fácil comprender la cantidad de implicaciones que tiene con respecto a la identidad, sexualidad, paternidad y relaciones que comprometen el bienestar sexual y emocional.
En otros análisis recientes se concluye soprendentemente que las mujeres con este síndrome pueden alcanzar una función sexual completamente normal después de someterse a una variedad de intervenciones vaginales, sin embargo no existen en el momento actual, unos criterios de consenso y será necesario realizar más estudios, pero no es tan fácil si tenemos en cuenta que no es una patología frecuente. En relación a las técnicas quirúrgicas, el procedimiento laparoscópico de Vecchietti parece dar buenos resultados y pocas complicaciones.
La asistencia psicológica especializada en estas enfermedades y otras de índole parecida, es realmente escasa, por ello sería deseable que se desarrollaran unidades de intervención destinadas a este tipo de desórdenes congénitos que como hemos apuntado antes, son condiciones de por vida.




















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